lunes, 4 de junio de 2012

INTELIGENCIA EMOCIONAL (primera parte)


¿Cuál es el verdadero secreto del éxito personal, profesional y romántico?
Aunque creas que la inteligencia tiene que ver con esto, rara vez es así. ¡Descubre la verdad!

CE mejor que CI
Ser capaz de seguir una dieta o de ahorrar dinero es un mejor indicador de tu capacidad para atraer el éxito, que un coeficiente intelectual (CI) elevado. Podrás ser la estudiante más brillante o la más aguda matemática, pero eso no te ayudará a llegar a la cima. Necesitas algo más. Ningún factor mágico, sino un alto puntaje en una escala diferente: la emocional. La inteligencia emocional es la habilidad para reconocer y entender lo que sientes, aprender a controlarlo, canalizarl y utilizarlo a beneficio propio. Entonces, el seguir una dieta o ahorrar más del 20% de tu sueldo muestra que tienes un buen coeficiente emocional (CE): sabes lo que quieres y lo que debes sacrificar, y que te beneficiará más a la larga si retrasas un poco tu satisfacción.

Desiciones inteligentes 
En un best seller, en Estados Unidos, el psicólogo y escritor Dr. Daniel Goleman explica este nuevo descubrimiento. Su libro inteligencia emocional (Bantam), dice que ser inteligente no significa tener las mejores calificaciones, sino la habilidad de entender tus emociones y actuar de acuerdo con ellas. Pero no se trata de dejarte dominar por lo que sientes, sino de comprender tus impulsos emocionales y resistirlos. Esto implica, a futuro, obtener lo que deseas. Por ejemplo, muchas de nosotras desearíamos comer pastel y no subir de peso; y alguién con un buen CE reconocer que aunque el pastel se vea delicioso, le beneficiará más no comerlo.

Esperar vale la pena
¿Escéptica? Un experimento realizado en niños de cuatro años hace más de 35 años dio resultados que en esa época no se hubieran esperado. Se les dijo a los pequeños que podían comer un bombóm, pero si esperaban a que regresaran los investigadores, les darían dos bombones. Este estudio se realizó en 1960, y ha permitido hacer un seguimiento. Ya cuando los investigados estaban en la preparatoria, se descubrió que aquellos que esperaron por los dos bonbones, retrasando la gratificación inmediata a cambio de una mayor recompensa, eran mucho más brillantes, adaptadps socialmente, arrojados y populares. Mientras que los niños que tomaron el dulce en el momento resultaron ser menos comunicativos, malos estudiantes y con mayor tendencia a la frustración.

Sigue lo que deseas 
La clave para tener el control de nuestras emociones y hacerlas trabajar en beneficio propio es relmente simple: debes querer algo con vehemencia. Por ejemplo, si dices "realmente quiero bajar de peso", en lugar de decir "creo que debería bajar de peso", es mucho más fácil que logres tu objetivo, porque la palabra "quiero" pone énfasis en el centro de tus emociones y las activa. Los humanos estamos programados para actuar sobre nuestros sentimientos, no en los pensamientos racionales. Los mejores atletas hacen esto todo el tiempo; ser físicamente competentes no le es suficiente; deben desear algo para lograrlo, y tienen esa ventaja sobre los demás competidores.



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